26 de septiembre de 2018

Padre Santo

Padre Santo en esta hermosa noche, vengo agradecerte por este día que me has dado, por permitirme vivirlo con mi familia, por cuidarme y darme salud.

Mi Dios no quiero que este día termine y sentir algún resentimiento, te pido pueda perdonar a las personas que por algún motivo me hicieron sentir mal, pueda yo perdonarles de corazón, y también te pido perdón mi Dios si en algún momento te falle.


Ayúdame amar a mi prójimo, quiero dormir con mi conciencia tranquila y pueda yo sentir tu paz en mi vida. Permíteme tener un descanso tranquilo, envía tus ángeles para que protejan mi hogar y aleja de aquí todo mal.


Si es tu voluntad pueda yo mañana ver nuevamente la luz del sol, y pueda yo contemplar la hermosura de tu creación, pueda yo alabarte el día de mañana, pueda servirte con amor.


Gracias mi Dios por todo lo que nos has dado, en esta noche en tus manos pongo mi vida y la vida de las personas que amo, amen.




Lectura Bíblica para leer antes de dormir: Salmos 44:1-26

Liberaciones pasadas y pruebas presentes


1 Oh Dios, con nuestros oídos hemos oído, nuestros padres nos han contado, La obra que hiciste en sus días, en los tiempos antiguos.


2 Tú con tu mano echaste las naciones, y los plantaste a ellos; Afligiste a los pueblos, y los arrojaste.


3 Porque no se apoderaron de la tierra por su espada, Ni su brazo los libró; Sino tu diestra, y tu brazo, y la luz de tu rostro, Porque te complaciste en ellos.


4 Tú, oh Dios, eres mi rey; Manda salvación a Jacob.


5 Por medio de ti sacudiremos a nuestros enemigos; En tu nombre hollaremos a nuestros adversarios.


6 Porque no confiaré en mi arco, Ni mi espada me salvará;


7 Pues tú nos has guardado de nuestros enemigos, Y has avergonzado a los que nos aborrecían.


8 En Dios nos gloriaremos todo el tiempo, Y para siempre alabaremos tu nombre. Selah


9 Pero nos has desechado, y nos has hecho avergonzar; Y no sales con nuestros ejércitos.


10 Nos hiciste retroceder delante del enemigo, Y nos saquean para sí los que nos aborrecen.


11 Nos entregas como ovejas al matadero, Y nos has esparcido entre las naciones.


12 Has vendido a tu pueblo de balde; No exigiste ningún precio.


13 Nos pones por afrenta de nuestros vecinos, Por escarnio y por burla de los que nos rodean.


14 Nos pusiste por proverbio entre las naciones; Todos al vernos menean la cabeza.


15 Cada día mi vergüenza está delante de mí, Y la confusión de mi rostro me cubre,


16 Por la voz del que me vitupera y deshonra, Por razón del enemigo y del vengativo.


17 Todo esto nos ha venido, y no nos hemos olvidado de ti, Y no hemos faltado a tu pacto.


18 No se ha vuelto atrás nuestro corazón, Ni se han apartado de tus caminos nuestros pasos,


19 Para que nos quebrantases en el lugar de chacales, Y nos cubrieses con sombra de muerte.


20 Si nos hubiésemos olvidado del nombre de nuestro Dios, O alzado nuestras manos a dios ajeno,


21 ¿No demandaría Dios esto? Porque él conoce los secretos del corazón.


22 Pero por causa de ti nos matan cada día; Somos contados como ovejas para el matadero.


23 Despierta; ¿por qué duermes, Señor? Despierta, no te alejes para siempre.


24 ¿Por qué escondes tu rostro, Y te olvidas de nuestra aflicción, y de la opresión nuestra?


25 Porque nuestra alma está agobiada hasta el polvo, Y nuestro cuerpo está postrado hasta la tierra.


26 Levántate para ayudarnos, Y redímenos por causa de tu misericordia.
Leer más...