15 de agosto de 2018

Dios eterno, maravilloso Señor



Dios eterno, maravilloso Señor, gracias por esta mañana de alegría y bendición. Acompáñame a donde quiera que vaya, cuídame y no me abandones, ayúdame en mi trabajo, te ruego me llenes de tu amor puro.

Señor, ayúdame a vencer toda tentación, ayúdame a no olvidar tu Palabra y no apartarme de ti. Dame las fuerzas que necesito para tomar decisiones y la sabiduría para hacer las cosas con excelencia. Bendice mi trabajo, bendice a mis compañeros y ayúdanos a estar en armonía.

Dios bendito, Te entrego este día, que se haga tu voluntad, mi vida está en tus preciosas manos de amor.

Te pido que bendigas a mi familia, que les des buena salud, fuerzas y alegría, que disfruten de este día dondequiera que se encuentren. Te lo ruego en el nombre de Jesús, tu Hijo amado. Amén.

Lectura Bíblica de hoy en: S. Mateo 22:1-14 

Parábola de la fiesta de bodas

1 Respondiendo Jesús, les volvió a hablar en parábolas, diciendo:

2 El reino de los cielos es semejante a un rey que hizo fiesta de bodas a su hijo;

3 y envió a sus siervos a llamar a los convidados a las bodas; mas éstos no quisieron venir.

4 Volvió a enviar otros siervos, diciendo: Decid a los convidados: He aquí, he preparado mi comida; mis toros y animales engordados han sido muertos, y todo está dispuesto; venid a las bodas.

5 Mas ellos, sin hacer caso, se fueron, uno a su labranza, y otro a sus negocios;

6 y otros, tomando a los siervos, los afrentaron y los mataron.

7 Al oírlo el rey, se enojó; y enviando sus ejércitos, destruyó a aquellos homicidas, y quemó su ciudad.

8 Entonces dijo a sus siervos: Las bodas a la verdad están preparadas; mas los que fueron convidados no eran dignos.

9 Id, pues, a las salidas de los caminos, y llamad a las bodas a cuantos halléis.

10 Y saliendo los siervos por los caminos, juntaron a todos los que hallaron, juntamente malos y buenos; y las bodas fueron llenas de convidados.

11 Y entró el rey para ver a los convidados, y vio allí a un hombre que no estaba vestido de boda.

12 Y le dijo: Amigo, ¿cómo entraste aquí, sin estar vestido de boda? Mas él enmudeció.

13 Entonces el rey dijo a los que servían: Atadle de pies y manos, y echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.

14 Porque muchos son llamados, y pocos escogidos.

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