31 de marzo de 2020

Tu amor y misericordia

Aquí me encuentro, Señor mío, en la quietud de mi cuarto, el cuadro perfecto para poder tener una charla contigo, y así poder entregarte el esfuerzo de mis manos, de mi mente y de mi corazón, para que pueda alcanzar en ti el descanso necesario. Confiando también, que así podré contar con nuevas fuerzas para encarar las primeras horas de trabajo del día a día. Por ello es necesario que yo tenga este tiempo contigo Señor, para poder dar sentido a la vida y eliminar la rutina de la vida. 

Permite que con cada mañana dejemos atrás todas las cosas malas que nos haya podido pasar (o que tal vez hayamos hecho) y que tengamos la mentalidad de que todo puede ser mejor si así nos lo proponemos; dejando de lado todo lo malo que nos carcome el sentido de voluntad y que nos roba la tranquilidad, siendo una desagradable mancha que tenemos por delante y que no nos deja en paz hasta que nos deshagamos de ella. 



Querido Dios te doy las gracias por que en todos estos días he visto tu amor y tu misericordia. Te pido perdón por mis pecados yo se que te he ofendido aun cuando tu solo quieres el bien para mi, pero quiero que sepas que sin tu ayuda y tu perdón jamas podría haber sido tan feliz como lo soy hoy.

Para terminar, permite que, al llegar la nueva noche, podamos sentirnos satisfechos; y que sea una lección de perseverancia y de voluntad, para que así podamos repetirlo todos los días y nos llevemos la agradable sensación del deber cumplido. Todo sea en tu nombre, de acuerdo a lo que tú pidas, mi Señor… Amén. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario