31 de marzo de 2020

Reflexión - Corre con paciencia

La palabra de Dios dice “Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.” Filipenses 3:13-14

Nosotros luchamos por llegar a nuestra meta y alcanzar nuestro propósito en la vida, pero muchas veces dejamos la carrera por miedo, por lo difícil que es o porque hemos caído y no creemos que podamos levantarnos; pero esta última idea es muy falsa, aún existe una meta y podemos llegar.



En realidad, debemos aprender a correr hacia la meta con paciencia, aunque parezca contradictorio es la verdad. La perseverancia que tengas será un pilar importante para que puedas llegar a la meta.

Un claro ejemplo es el de esta gran deportista Gabriela Andersen, una mujer Suiza que corrió en 1984 en los Juegos Olímpicos en Estados Unidos. Pese a la terrible humedad y a la elevada temperatura, que estaba cercana a los 30ºC, 50 mujeres afinaban los últimos detalles y una de ellas estaba a punto de levantar la ovación más grande en la historia de los Juegos Olímpicos.

La posición 37 estaba a metros de llegar a la meta cuando Gabriela Andersen aparecía, el público se encontraba de pie asombrado y al borde del llanto, la atleta tenía paralizada la mitad de su cuerpo y aún seguía caminando con un solo sueño; llegar a la meta y que el trabajo de años por fin tuviera sentido.

Muchos pasaremos por un recorrido duro, difícil, que incluso nos marcará y lastimará, pero todo valdrá la pena porque al final llegaremos a nuestra meta y la corona de la Vida es la que nos espera como premio a nuestra perseverancia y paciencia en nuestra carrera.

Pero no te enfoques solo en tus metas terrenales, muchas veces nos enfocamos en querer una mejor casa, un carro o mejor ropa, y esta bien querer superarnos, pero muchas veces nos enfocamos solo en eso que nos olvidamos que lo mas importante es alcanzar la corona de la vida, seguir a Jesucristo, no será fácil, pero tampoco imposible, muchas veces sentirás no poder mas, sentirás desmayar, pero levántate sigue adelante, mirando hacia adelante.

Si miras a alguien caer, ayúdalo a levantar y así todos juntos podamos llegar y obtener las bendiciones de Dios, que es mucho mejor que cualquier cosa terrenal.

No te des por vencido, sigue corriendo sin desmayar que lo que tienes por delante es mejor que cualquier trofeo.

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