Sin embargo, a diferencia de las flores, podemos encontrar al Hijo aun en los días nublados de desesperación.
Apocalipsis 21:23
La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que la iluminen, porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera.Salmos 84:11
Porque sol y escudo es el SEÑOR Dios; gracia y gloria da el SEÑOR; nada bueno niega a los que andan en integridad.
Isaías 60:20
Nunca más se pondrá tu sol, ni menguará tu luna, porque tendrás al SEÑOR por luz eterna, y se habrán acabado los días de tu luto.Apocalipsis 22:5
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