24 de marzo de 2021

Oracion para pedir fortaleza por haber perdido a un SER amado

Pérdida de un Ser Querido.- Oración: Señor en tu gran misericordia me has sostenido, y aunque sé que hay cosas que me causan mucho dolor y que mi naturaleza humana no comprende por qué suceden y de las cuales, reprocho  te pido perdon,hoy sin embargo quiero acercarme a ti y pedirte que me permitas sentir nuevamente tu amor infinito.

Señor permíteme sentir tu misericordia y tu cariño en estos momentos de desesperación.

Dios mío, hoy me acerco a ti una vez más y te suplico que continúes sanando mis heridas, Señor no permitas que me sienta sol@ o abandonad@. Dios mío, mis ojos limitados no pueden verte, mi condición humana me impide poder tocarte. Mi mente algunas veces pondrá en duda tu existencia en los momentos más difíciles de mi vida.

Reconozco estas debilidades de mi ser y te ruego señor, desde lo más profundo de mi corazón que me permitas sentirte cada día a mi lado. Tú nos diste a nosotros tus hijos la capacidad de sentir, nos diste el privilegio de tener emociones. Señor permíteme que pueda hacer uso de estas capacidades para así poder verte con los ojos de mi corazón y para poder tocarte con las manos de mi alma, esa alma señor que un día regresará a ti si así me lo permites.

Pérdida de un Ser Querido

Te Amo Dios, Te bendigo Dios. Te suplico que cures las heridas de mi alma. Sáname y purifícame desde lo más profundo. Toma mis manos con tus manos, abrázame Dios bendito. Toma mi corazón y ponlo dentro de tu corazón. Enjuga mis lágrimas, apriétame bien fuerte, que todo tu amor se derrame en mi.

dame porfavor cada día la fuerza que necesito para continuar con mi vida, permíteme vivir con alegría a pesar de las heridas, permíteme dar lo mejor de mi, reconstruye este corazón adolorido.

Por mi parte hago el propósito de permanecer cerca de ti en oración constante hasta que llegue el momento de que me lleves contigo, estaré esperándote Señor Mío.

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23 de marzo de 2021

Dios mandara ángeles que t cuiden

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versículos bíblicos para fortalecer el espíritu

A veces la vida nos da golpes que parecen ser demasiado fuertes para nosotros. ¡Qué bueno saber que contamos con la fuerza que Dios concede a todos los que le aman!

Los hijos de Dios no estamos solos ante ninguna circunstancia. Deuteronomio 31:8 dice: "El Señor mismo marchará al frente de ti y estará contigo; nunca te dejará ni te abandonará. No temas ni te desanimes".

El Señor nos acompaña y va delante de nosotros. Él es nuestra fortaleza en todo momento y podemos confiar en él. Veamos algunos versículos en los que encontramos fuerza para enfrentar los momentos de dificultad.

1. Dios nos sostiene

No temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa.
(Isaías 41:10)

No debemos temer ni angustiarnos. Dios está con nosotros en medio de cualquier situación y nos sostiene con su diestra victoriosa. Sabemos que él ya ganó la batalla, nuestras vidas le pertenecen eternamente. No importa cuál sea la dificultad que estemos enfrentando, su mano nos sostiene para que podamos seguir adelante apoyados en él. Confiemos siempre en su poder.

2. Contamos con la ayuda de Dios

Dios nos concede la fuerza que necesitamos en medio de nuestras dificultades y pruebas. Él pone escudo protector a nuestro alrededor, podemos confiar que su ayuda y su defensa llegarán en el momento preciso. No olvidemos ofrecerle cánticos de gratitud por todo lo que él hace a nuestro favor.

3. Su poder está en nosotros

Pero él me dijo: «Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad». Por lo tanto, gustosamente haré más bien alarde de mis debilidades, para que permanezca sobre mí el poder de Cristo. Por eso me regocijo en debilidades, insultos, privaciones, persecuciones y dificultades que sufro por Cristo; porque, cuando soy débil, entonces soy fuerte.
(2 Corintios 12:9-10)

Podemos aprender algo nuevo en medio de cada situación. El apóstol Pablo también tuvo enfermedades y dificultades, pero aprendió a regocijarse en medio de todas ellas. Le insultaron, le persiguieron, sufrió en gran manera por amor a Cristo, pero él sabía que Dios no lo abandonaba jamás. Al igual que Pablo, nosotros también contamos con el poder sustentador de Dios que renueva nuestras fuerzas y nos ayuda a continuar firmes en él.

4. Nuestra herencia

 nos enfocamos en nosotros mismos, en nuestros cuerpos frágiles y en nuestras imperfecciones, desfalleceremos. Recibimos fortaleza cuando ponemos nuestra mirada en Dios, en su poder y en la herencia de vida eterna como hijos suyos. Nuestros problemas aquí son pasajeros, pero nuestra herencia es eterna, llena de salvación y gozo. Todo lo demás quedará atrás para siempre.


5. Dios no se cansa

¿Acaso no lo sabes? ¿Acaso no te has enterado? El Señor es el Dios eterno, creador de los confines de la tierra. No se cansa ni se fatiga, y su inteligencia es insondable. Él fortalece al cansado y acrecienta las fuerzas del débil.
(Isaías 40:28-29)

A veces nos cuesta entender la grandeza y el poder de Dios. Necesitamos recordar que él es el creador de todo, que nos conoce completamente y está atento a todo lo que sucede. Él obra en todo momento a favor de sus hijos, no descansa ni de día ni de noche. Podemos acudir a Dios en cualquier momento para que nos conceda nuevas fuerzas y nos ayude en medio del trajín diario. A él no le sorprende nada de lo que nos ocurre, sus ojos están sobre toda la Tierra y su mano está presta para obrar en favor de los que le temen.

6. El gozo de Dios nos fortalece

 veces nos desanimamos al ver la magnitud de nuestros problemas y hasta podemos sentir que perdemos la esperanza. Debemos mantenernos cerca de Dios y pedirle que nos renueve con su gozo, que nos ayude a fijar nuestros ojos en su poder y en la fortaleza que él nos da. El gozo del Señor no es una alegría pasajera sino una certeza llena de paz y confianza que nos impulsa a seguir adelante confiados en que Dios obrará.


7. Podemos refugiarnos en Dios

¡Refúgiense en el Señor y en su fuerza, busquen siempre su presencia!
(1 Crónicas 16:11)

Nuestras luchas y dificultades no deben paralizarnos. Debemos buscar activamente la presencia de Dios porque es ahí donde encontramos las nuevas fuerzas que necesitamos. Dios es nuestro refugio y, como buen refugio que es, nos protege de los ataques del enemigo. No dejemos de acudir a él en oración en cualquier momento para recibir el bálsamo renovador y refrescante que nos animará a continuar y a perseverar.

8. Dios es más grande que las circunstancias

 agobiamos al fijar nuestros ojos en las circunstancias que nos rodean. Debemos aprender a enfocarnos en la grandeza y el poder de Dios pues no hay nada ni nadie más grande o más poderoso que él. Aun en medio de terremotos, huracanes u otras catástrofes podemos experimentar la paz de Dios, esa que nace de la confianza plena de saber que estamos en sus manos y que él tiene el control de todo.

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9. No dudemos de la fidelidad de Dios

Pero el Señor es fiel, y él los fortalecerá y los protegerá del maligno.
(2 Tesalonicenses 3:3)

En medio de cualquier situación necesitamos recordar que Dios es siempre fiel. Los demás nos pueden fallar, pero él nunca nos fallará. Sabemos que al acudir a él, nos concede la dosis de fortaleza y la protección que necesitamos para poder seguir adelante. De él recibimos la fuerza física, espiritual o emocional para poder avanzar y vencer en su nombre.

10. Mi fortaleza viene de Dios

 hijos de Dios podemos avanzar en cualquier situación porque nuestra fortaleza viene de Dios. El apóstol Pablo había vivido en medio de escasez y también en abundancia. Pero se mantuvo firme y gozoso en todo momento porque la presencia y la fortaleza de Dios lo sostuvieron. Él tenía claro su llamado y su misión y sobre todo, sabía en quién confiaba.

Como él, podemos vivir en plena confianza de que lo que Dios trae o no trae a nuestras vidas, es siempre lo mejor. Podemos confiar sabiendo que él siempre nos concederá la fuerza necesaria para continuar y cumplir con la obra que él nos ha encomendado.


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versículos bíblicos para fortalecer el espíritu

ORA POR TU FAMILIA
Jesús, mi familia depende de ti: esta familia es TUYA. Mas yo reconozco mi responsabilidad y mi compromiso de sacar mi familia adelante. Buscaré cada día de Ti, me alimentaré de tu palabra: DAME DE TU GRACIA, TU FUERZA, TU PODER SOBRENATURAL PARA VENCER y ser un buen padre o madre. En el Nombre Poderoso de Jesús.
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Dios te da nuevas esperanzas

ES EN LA PRESENCIA DEL SEÑOR DONDE ENCONTRAMOS FUERZA EN MEDIO DE LAS PRUEBAS Y DIFICULTADES

Todos en algún momento de nuestra vida hemos pasado por situaciones difíciles en las que perdemos el ánimo y la fuerza. Algunas personas han perdido las ganas de vivir durante temporadas difíciles en su vida. En la Biblia podemos ver cómo incluso los hombres que seguían al Señor pasaron por estos momentos. Tener sentimientos de desánimo es parte de nuestra humanidad. Pero es importante reconocer los problemas y las situaciones que nos desgastan y buscar a Dios para que nos dé fortaleza. ¡Sí! ¡Dios es quien puede fortalecernos!

ES EN LA PRESENCIA DEL SEÑOR DONDE ENCONTRAMOS FUERZA EN MEDIO DE LAS PRUEBAS Y DIFICULTADES.

La definición de fortalecer es “la acción de dar fuerza a algo o alguien.” El deseo de Dios es darnos fuerza, porque Él quiere un pueblo fuerte. La fortaleza que Dios nos puede dar no solo es física sino también espiritual y moral. Muchas veces el desgaste interior es más pesado que el desgaste físico. Como cristianos debemos reconocer a Dios como nuestra fuente de fortaleza antes que cualquier persona, cosa o método. Es en la presencia del Señor donde encontramos fuerza en medio de las pruebas y dificultades.

Necesitamos la ayuda del Señor en todos los proyectos que hacemos y en todas las cosas que podemos emprender. El apóstol Pablo escribió: “Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor, porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio” (1 Tim. 1:12). El apóstol Pablo reconoció que durante su tiempo en el ministerio Dios fue su fuente de fortaleza.

Un ejemplo de la fortaleza que Dios da lo encontramos en el libro de Esdras. La Biblia dice: “e inclinó hacia mí su misericordia delante del rey y de sus consejeros, y de todos los príncipes poderosos del rey. Y yo, fortalecido por la mano de mi Dios sobre mí, reuní a los principales de Israel para que subiesen conmigo.” (Esdras 7:28) Esdras estaba realizando una tarea titánica e importante y sabía que por encima del gobierno, él era fortalecido por la mano de Dios.


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En ocasiones nos encontraremos con personas a nuestro alrededor que hablarán de manera negativa respecto a los planes o situaciones por las que estamos pasando. Es nuestra decisión escuchar a las personas o a Dios. La Biblia dice: “Porque todos ellos nos amedrentaban, diciendo: Se debilitarán las manos de ellos en la obra, y no será terminada. Ahora, pues, oh Dios, fortalece tú mis manos” (Nehemías 6:9). Es importante darnos cuenta lo que Dios quiere hacer en nuestra vida. Si escuchamos las voces negativas nos debilitaremos pero si escuchamos la voz del Señor nos levantaremos.

5 Maneras de Obtener Fuerza

1. Teniendo Fe

A nuestro alrededor podemos ver tantos testimonios de personas que, después de una dificultad, entienden que Dios tenía un propósito para lo que vivieron. Debemos entender que Dios permite situaciones en nuestras vidas con un propósito. En las situaciones difíciles debemos mantener la fe en Dios, en Su poder para cumplir Sus promesas y palabras para nuestra vida. Cuando Abraham recibió la promesa de Dios de que tendría un hijo a edad avanzada, dice la Biblia que: “Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios,” (Romanos 4:20) Si le damos lugar a la duda y la incredulidad no nos fortaleceremos. Debemos buscar que nuestra fe crezca.

La Biblia dice: “pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.” (Is. 40:31). Es por la fe que tenemos fortaleza en la presencia del Señor.

2. Obedeciendo a Dios

¿Qué sucede cuando obedecemos al Señor? La Biblia dice: “Guardad, pues, todos los mandamientos que yo os prescribo hoy, para que seáis fortalecidos, y entréis y poseáis la tierra a la cual pasáis para tomarla” (Dt. 11:8). Cuando estamos obedeciendo a Dios nos sentimos animados; nos encaminamos al propósito de Dios en nuestra vida.  Sin embargo, cuando desobedecemos nuestra conciencia se debilita; cuando le fallamos a Dios nos desanimamos. 

Cuando estamos en el camino de Dios y hacemos Su voluntad, permanecemos fuertes. El Rey Salomón escribió: “El camino de Jehová es fortaleza al perfecto; Pero es destrucción a los que hacen maldad.” (Pr. 10:29).


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3. Gonzándonos en Dios

La tristeza nos debilita y nos quita la fuerza, pero el gozo de Dios es nuestra fortaleza. La Biblia dice: “Luego les dijo: Id, comed grosuras, y bebed vino dulce, y enviad porciones a los que no tienen nada preparado; porque día santo es a nuestro Señor; no os entristezcáis, porque el gozo de Jehová es vuestra fuerza.” (Nehemías 8:10) Y aun en medio de enfermedad o dificultades debemos gozarnos, porque si conocemos a Dios sabemos que tenemos victoria.

4. Leyendo la palabra

En la Biblia encontramos la historia de Elías, un hombre que en cierto momento de su vida se sintió deprimido y cansado. Dios envió un Ángel que le trajo una comida especial: “Se levantó, pues, y comió y bebió; y fortalecido con aquella comida caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta Horeb, el monte de Dios” (1 Re. 19:8). Como cristianos, nuestro alimento espiritual es la palabra de Dios. Cuando tú te alimentas de la palabra, tendrás fuerza para seguir adelante.

En el libro de Daniel vemos el encuentro que tuvo con Dios y cómo Él fortaleció a Daniel con su palabra: “Pero he aquí, uno con semejanza de hijo de hombre tocó mis labios. Entonces abrí mi boca y hablé, y dije al que estaba delante de mí: Señor mío, con la visión me han sobrevenido dolores, y no me queda fuerza. ¿Cómo, pues, podrá el siervo de mi señor hablar con mi señor? Porque al instante me faltó la fuerza, y no me quedó aliento.  Y aquel que tenía semejanza de hombre me tocó otra vez, y me fortaleció, y me dijo: Muy amado, no temas; la paz sea contigo; esfuérzate y aliéntate. Y mientras él me hablaba, recobré las fuerzas, y dije: Hable mi señor, porque me has fortalecido.” (Daniel 10:16‭-‬19)

Si has perdido la fuerza, en la Biblia podrás encontrarla. Porque Dios te hablará y guiará mientras te llenas de Su palabra.

EL ESPÍRITU SANTO ESTÁ TAMBIÉN A NUESTRO FAVOR.

 

5. Buscando la Presencia de Dios

En la presencia de Dios es que somos fortalecidos. La Biblia nos cuenta que hasta David se llegó a preocupar, pero el decidió buscar fortaleza en la presencia de Dios: “Y David se angustió mucho, porque el pueblo hablaba de apedrearlo, pues todo el pueblo estaba en amargura de alma, cada uno por sus hijos y por sus hijas; mas David se fortaleció en Jehová su Dios”(1 Sam. 30:6). Es verdad que hay dificultades y luchas, pero debemos fortalecernos en la presencia de Dios

Debemos buscar la presencia de Dios y permitir que el Espíritu Santo obre a en nuestras vidas y nos dé dirección. La Biblia dice: “para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu;” (Ef. 3:16). El espíritu Santo está también a nuestro favor.

Hoy sabemos que Jesús está sentado intercediendo en todo momento por nosotros. Muchos conocemos el versículo en la Biblia que dice: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece… (Fil. 4:13”).

En la Primera Carta Primer de Pedro, veremos que el compromiso de ayudarnos y fortalecernos es completo por parte de Dios. La Biblia dice: “Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca” (1 Pe. 5:10).

Esto quiere decir que tenemos a Dios a nuestro favor. Debemos confiar en que Él nos fortalecerá en momentos de angustia, debilidad o enfermedad. Es importante permanecer en Su palabra y con alegría en nuestro corazón porque sabemos que Él nos dará la victoria

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10 de febrero de 2021

Padre Nuestro Mateo 6:9-13

Padre Nuestro Mateo 6:9-13



Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.

10 Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.

11 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.

12 Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.

13 Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.

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Pongo hoy mi vida en tus manos

Amado Padre Celestial, en esta hermosa mañana vengo ante tu presencia para darte gracias por este día que me permites, gracias a ti es que pude abrir hoy mis ojos y ver a mi familia a mi lado. Gracias Amado Dios por tu amor tan grande que día a día tu me das, por tus bendiciones y tu misericordia.



En esta mañana quiero pedirte perdón por todas mis faltas, porque soy carne y muchas veces me equivoco, yo te pido mi Amado que me llenes de tu Espíritu Santo, transforma mi vida, hazme de acuerdo a tu voluntad, quiero ser un vaso nuevo, alguien útil en tus manos, que cada persona que se cruce en mi camino pueda sentir tu presencia, pueda amar a mi prójimo y ayudar a cada uno que lo necesite.


Te pido por mi familia, que los acompañes a lo largo de este día, no te apartes de ellos, cuídalos por donde quiera que ellos vayan, llena sus vidas de tus bendiciones. También te pido por las personas que yo no conozco, que no les falte el pan en sus mesas, aparta de sus vidas todo mal, toda obra del enemigo y que los que aun no te conocen puedan conocerte y sentir tu amor en la vida de ellos.



Yo se que eres un Padre bueno y amoroso, que esta atento a las suplicas de cada uno, se que mi oración ha sido escuchada y se que responderás a ella, confío en ti Mi Amado Dios, se que a tu lado nada abra de faltarme ni a mi ni a cada uno de tus hijos.


Te pido que no te apartes de mi lado, que tu presencia me acompañe, llena mi vida de tu amor, te entrego este día y lo pongo en tus manos, en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén. 

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