13 de julio de 2021

Dios te dice vuela como lss aguilas

Naciste para volar alto

Cierto día un hombre caminaba por el bosque y encontró un polluelo de águila. Al verlo desprotegido decidió llevárselo a su casa y lo puso en un gallinero. Estando allí, el polluelo aprendió a comer la misma comida que las gallinas y a conducirse como ellas. Un día, un hombre experto en zoología pasó por allí y le preguntó al propietario del gallinero, por qué tenía un águila encerrada en el corral.

Como le he dado la misma comida y siempre ha estado entre las gallinas, nunca ha aprendido a volar, respondió el propietario. Se comporta como ellas, así que ya no es un águila si no una gallina más.

Sin embargo, insistió el zoólogo, es un águila y tiene instinto de volar, y con toda seguridad, se le puede enseñar a hacerlo.

El zoólogo tomó en sus brazos suavemente al águila, y le dijo: Tú perteneces al cielo, no a la tierra, no eres gallina. Abre tus alas y vuela. El águila, sin embargo, estaba confundida y al ver que las gallinas comían, saltó y se reunió con ellas nuevamente.

Al día siguiente el zoólogo llevó al águila al tejado de la casa y la animó, diciéndole de nuevo: Eres un águila, abre las alas y vuela. Pero el águila saltó una vez más en busca de la comida de las gallinas.

El zoólogo se levantó temprano al tercer día y sacó al águila del corral y la llevó a una montaña. La elevó directamente hacia el sol. El águila empezó a temblar, a abrir lentamente las alas y, finalmente, con un chillido triunfante, voló, alejándose en el cielo.

Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento. —2 Corintios 2:14

Al ver nuestro pasado o el pasado de nuestros padres, pensamos que nuestra vida debe ser de la misma forma, sumergida en aquellas cosas que nos detiene a salir adelante posiblemente ha sido una cadena de pobreza y dolor, creyendo que nunca llegaremos a triunfar en la vida. Tomamos las mismas actitudes, el mismo pensamiento de negatividad el cual nos hace recaer en la misma forma de vivir y nos ciega a ver más allá de lo que Dios nos puede llegar a dar. Esa ceguera impide que nuestra fe actúe y el poder de Dios se manifieste en nuestra vida.

Dios como un buen Padre lo que espera de nosotros es que triunfemos en cada área de nuestras vidas. Que nada nos detenga y podamos vivir de la mejor manera cada día. No viviendo con la mirada baja viendo las circunstancias si no viendo al cielo con la fe puesta en él y llegar mucho más allá de lo que los demás han llegado.

Este día pon tu mirada en el cielo

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Dios te dice confia en mi

Una señora muy pobre telefoneó a un programa cristiano de radio pidiendo ayuda.

Un brujo que oía el programa consiguió su dirección, llamó a sus secretarios y ordenó que compraran alimentos y los llevaran hacia la mujer, con la siguiente instrucción: "..Cuando ella pregunte quién mandó estos alimentos, respondan: ¡FUE EL DIABLO!.."

Cuando llegaron a la casa, la mujer los recibió con alegría y fue inmediatamente guardando los alimentos que le llevaron los secretarios del brujo.

Al ver que ella no preguntaba nada, ellos le dijeron: "..Señora, ¿No quiere saber quién le envió estas cosas?.."

La mujer, en la simplicidad de la fé, respondió: "..No, mi hijo, no es preciso. Cuando Dios manda, ¡Hasta el diablo obedece!.."
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12 de julio de 2021

no temas camina por fe

Esperanza en medio del desánimo

Todos perdemos la esperanza de vez en cuando, especialmente cuando las cosas no salen bien. Naturalmente, nos cansamos más cuando nadamos contra la corriente y lidiamos con oposiciones.
Es mucho mejor cuando alguien que amamos camina con nosotros en esos momentos difíciles y nos dice: ¡tú me importas a mí…! Ayuda mucho saber que no estamos solos en la vida.
En cierta ocasión Jesús dijo a Simón: pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte… (Lucas 22:32). Es un consuelo saber que Jesús ora para que mantengamos nuestra fe, a pesar del pecado que nos ha llevado a los problemas que podemos estar viviendo.
La fe no es solo una cuestión individual, ella encierra también nuestra relación con Dios. Y Dios quiere que nuestra relación crezca.

“puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe; el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.” Hebreos 12:2

Cuando tenemos que caminar sobre un puente que se tambalea y abajo tenemos un abismo, es mejor fijar los ojos en algo inmóvil que este al final, del otro lado. Mirar hacia atrás o hacia abajo implica un riesgo mortal para nuestra vida espiritual. El miedo se apodera de nosotros, perdemos el equilibrio y nos caemos.
Ante los abismos y peligros de la vida, Dios nos dice que miremos fijamente a Jesús y prosigamos. Él, que intercede por nosotros, nos llenará de valor y esperanza y hará que triunfe nuestra fe.
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5 de julio de 2021

mi madre es un regalo de Dios.

Mi madre, un regalo de Dios

A pocos días de nacer un niño, se acercó a Dios diciendo:
Pronto voy a la tierra; pero no comprendo, ¿cómo podré sobrevivir siendo tan pequeño e indefenso?
Respondió Dios: Entre todos los ángeles he elegido uno solo para ti, que te está esperando en la tierra. Ese ángel te cuidará.
El niño dijo: pero dime, aquí en el cielo, solo canto, sonrío y soy feliz, pero en la tierra ¿Cómo seré feliz?
Dios respondió: Ese ángel te cantará, te hará sonreír cada día, te llenará de amor y cariño y serás feliz.
El niño dijo: ¿Cómo comprenderé el lenguaje de la gente cuando me hablen si desconozco el idioma que hablan las personas en la tierra?
Dios respondió: Ese ángel te hablará con las palabras más dulces y tiernas que puedas escuchar en la tierra, y con mucha paciencia y cariño te enseñará a hablar cada una de ellas.
El niño dijo: ¿Qué pasará cuando yo quiera hablar contigo?
Dios respondió: Ese Ángel juntará tus manos y te enseñará a orar para que hables conmigo.
El niño dijo: He escuchado que en la tierra hay hombres malvados ¿Quién me protegerá de ellos?
Dios respondió: Ese ángel te protegerá y aún estará dispuesto a dar su vida por ti.
Aquel niño suspiró y dijo a Dios: Estaré triste porque te extrañaré y no te veré más.
Pero Dios con su amor respondió: Ese ángel se encargará de hablarte de mí y te mostrará el camino correcto para que regreses a mi presencia, aunque; Yo siempre estaré a tu lado en la tierra.
El niño sintió aquella paz que reinaba en el cielo pero ya se escuchaban voces terrestres, y dijo a Dios con una voz suave:
Mi Dios, si ya me dirijo para la tierra, ¡solo dime, por favor..!, ¿Cuál es el nombre de mi ángel que me espera en la tierra?
Dios le respondió: Su nombre pronto lo sabrás, pero te aseguro que ella te responderá si la llamas “Mamá”.

Mujer ejemplar, ¿dónde se hallará? ¡Es más valiosa que las piedras preciosas!  Proverbios 31:10 NVI    

A veces no notamos el amor que una madre nos proporciona, ese amor incondicional que sin esperar nada a cambio está presto para ayudarnos y darnos palabras de motivación cuando más lo necesitamos. Un amor abnegado que estaría dispuesto a dar todo por la protección y el cuidado de aquellos que son sus hijos.
Pareciera que llegamos a un punto donde los hijos han olvidado totalmente todo lo que la madre hace por ellos.
Una madre es como una bella manifestación del amor de Dios en la tierra. Dispuesta a darlo todo por aquellos que ama.
Podríamos hacernos la pregunta ¿En realidad vemos a nuestra madre como un regalo de Dios?
Ahora puedes analizar si tus actitudes hacia ella compensan un poco todo ese amor que te ha proporcionado cada día de tu vida y si la miras como un ángel que Dios te ha dado aquí en la tierra.
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27 de junio de 2021

Dios te mira con amor

La mirada de  amor de  DIOS 

Una historia cuenta de un rey que estaba enamorado de Helena: una mujer de baja condición a la que el rey había hecho su última esposa.
Una tarde en que Helena estaba sola en el palacio, llegó un mensajero para avisarle que su madre estaba enferma. Pese a que existía la prohibición de usar el carruaje personal del rey (falta que era castigada con la muerte), Helena subió al carruaje y fue a ver a su madre.
A su regreso, el rey fue informado de la situación.
-¿No es maravillosa? -dijo- Esto es verdaderamente amor filial. No le importó su vida para cuidar a su madre !Es maravillosa!
Otro día, mientras Helena estaba sentada en el jardín del palacio comiendo fruta, llegó el rey. Ella lo saludó y luego le dio un mordisco al último durazno que quedaba en la canasta.
-¡Parecen ricos!- dijo el rey.
-Lo son -replicó ella- y alargando la mano le cedió a su amado la fruta que comía.
-¡Cuánto me ama! -comentó después el rey-, renunció a su propio placer, para darme el último durazno de la canasta. ¿no es fantástica?
Pasaron algunos años y, por alguna razón, el amor y la pasión por Helena desaparecieron del corazón del rey.
Sentado con su amigo más confidente, le decía: -Nunca se portó como una reina… ¿acaso no desafió mi investidura usando mi carruaje? Es más, recuerdo que un día me dio a comer una fruta mordida.
El amor cambia la perspectiva con la que vemos a otros. Aun las faltas se saben perdonar cuando el amor esta de por medio.

Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros. Romanos 5:8 (NVI)

Dios, cuyo carácter es amor, siempre nos mira con piedad. Y aunque seamos pecadores, nos sigue amando y nos ofrece perdón. Envió a su propio Hijo, demostrando así que en verdad nos ama.
A diferencia del rey de la historia anterior, Dios nunca deja de amarnos y por eso prolonga su misericordia.
No te alejes de su presencia, él quiere darte amor, cambiar tu vida y darte un futuro eterno de paz y felicidad.
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Instruye a tu hijo en el camino de Dios

Una mañana, un padre abrió su Biblia y buscó el capítulo seis de Efesios para leerlo a su familia, todo parecía propicio para reforzar su autoridad paterna, entonces leyó: “Hijos, obedeced a vuestros padres en el Señor.” El hijo, de dieciséis años, estaba al otro lado de la mesa; y el padre, considerando la oportunidad demasiado buena para perderla, dijo: “Hijo, este es un buen texto; escúchalo otra vez… Y siguió la lectura cayendo ingenuamente en el versículo siguiente: “Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos.” Entonces el muchacho de dieciséis años, lo miró, y sin pestañear ni sonreírse, le dijo: “
Ser papá no es una labor fácil y necesitamos depender del poder del Espíritu de Dios para hacerlo. 
Pensando en esto, José el esposo de María, es un gran ejemplo de lo que Dios espera que hagamos como padres, y su historia la encontramos en el evangelio de Mateo, quien nos narra el dilema y sufrimiento que vivió en torno al embarazo de María, diciéndonos: 
“Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es. Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”. Mateo 1.20-21 
José era un buen hombre. 
Pero estaba muy pensativo porque no tenía claro lo que debía hacer, sin duda era una situación muy difícil, de seguro él tenía la ilusión de emprender su familia con María, pero la posibilidad de haber sido engañado y humillado le causó serias dudas, haciéndolo pensar en separarse de ella. 
Como era de esperarse, el temor también tuvo lugar en su corazón, producto de la desconfianza, de no saber si María está siendo honesta o no; de cometer una injusticia al exponerla públicamente, y también por lo que dijeran sus familiares y amigos. 
Pero, Dios tenía un plan y no podía interrumpirse por el temor de José, así que… 
Un Angel se le apareció en sueños. 
Notemos que el ángel era del Señor y que lo envió porque sabía lo que José estaba pensando y que necesitaba una explicación. 
Que hermoso saber que nuestro Dios conoce lo que pensamos, las preocupaciones que tenemos, cómo nos sentimos, que no va a dejar que hagamos algo que vaya en contra de su plan para nosotros y que nos ha dado a su Espíritu para ser consolados en los momentos de duda y sufrimiento. 
Además de esto, Dios también le pidió a José que recibiera a María por mujer y que cuando el niño naciera lo llamara Jesús. 
Luego el ángel se refirió a la profecía que había dicho Isaías sobre que una virgen concebiría y daría a luz un hijo. Porque lo que estaba pasando no era algo desconocido, o un plan de última hora de Dios para traer de afán al Salvador del mundo, sino uno que había sido finamente elaborado y que estaba ejecutándose en ese momento. 
De hecho, la concepción de Jesús no era un suceso aislado, porque Elizabeth la pariente de María, también había concebido en su vejez a pesar de ser estéril, y Zacarías su esposo había visto un ángel de Dios que le había anunciado el nacimiento de Juan el Bautista. 
Pero José parecía tener algunas dificultades para aplicar la palabra de Dios y entender los tiempos que estaba viviendo, por eso Dios le mostró su amor y compasión, tomándose el trabajo de ayudarle a entender aquello en lo que lo estaba metiendo de cabeza. 
¿Qué tiene que ver esta historia con nuestro llamado a ser padres? 
Que, aunque hay muchos momentos en nuestra vida de duda y confusión, de no saber qué hacer o hacia dónde dirigir a nuestra familia, siempre podremos contar con Dios porque Él esta de nuestro lado, así que podemos venir a su presencia confiando en que nos escuchará y tendrá la dirección que necesitamos en cada momento. 
Y, a pesar de nosotros mismos, su plan con nuestra familia se llevará a cabo. Él no desprecia un corazón contrito y humillado, y uno que se siente pobre en su espíritu. Así, tenemos la plena confianza de que nuestra labor como padres está siendo totalmente respaldada por Él y que, frente a las dudas, tenemos su Palabra para hallar certeza. 
«Para ser padres necesitamos depender del poder del Espíritu de Dios»
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de que tamaño es tu fé?

¿Es tu fe como las olas del mar?
Existen muchos creyentes que tienen una fe acorde al momento que viven, ¿Entonces nuestra fe debe depender de las circunstancias?
¿Es tu fe como las olas del mar?
Una fe anclada a las circunstancias
En ocasiones llegamos a sentir crisis de fe pero en realidad es ese el momento en el que debemos decidir si creer o no que Dios es quien dice que es, y si hará lo que ha dicho que hará en medio de circunstancias desafiantes.
Una crisis de fe nos coloca en la posición de aceptar o rechazar la identidad de Dios como ha sido revelada en Su Palabra. La fe también nos coloca en la posición de decidir si aceptamos o rechazamos nuestra propia identidad en Cristo.
A menudo cuando nos encontramos en medio de una crisis de fe caemos en el error de preguntarnos: «¿Realmente estoy escuchando a Dios?, ¿Es este un castigo por una mala decisión que tomé?, ¿Tengo suficiente fe?». Pero Salmos 34:19 dice: «Muchas son las aflicciones del justo, Pero de todas ellas le librará Jehová». Ciertamente tendremos malas experiencias, sin embargo, Dios nos capacitará para persistir en medio de ellas.
Aunque sientas estar atrapado, Dios continúa obrando
El Señor es mucho más grande que cualquier circunstancia y nuestra fe no puede estar definida por un mal momento. Muchas veces creemos que Dios es Dios solo cuando cumple nuestros deseos y caprichos o cuando nos va bien en todo; pero recordemos que Dios sigue siendo Dios sin importar lo que estemos viviendo.
Si hay alguien que podamos tomar como ejemplo al momento esperar en el Señor es a David.
A la edad de dieciséis años él había sido ungido rey, pero no fue rey sino hasta que tuvo treinta. Mientras tanto, el rey Saúl lo estuvo persiguiendo para matarlo por celos (1 Samuel 19). David tuvo que esperar en Dios en cuanto al cumplimiento de su promesa de que algún día sería rey. Luego de tomar dicho cargo, comenzó a ser perseguido por Absalón, su hijo rebelde. Es notorio el hecho de que estaba pasando por una prueba, pero tenía la confianza de que en esta vida presente Dios lo ayudaría a salir del apuro.
Esperar en Dios no es fácil, y a menudo parece que no contestará nuestras oraciones o que no entiende nuestra situación, pero específicamente esa es la clase de pensamiento que nos empuja a creer que Dios no tiene el control o que no es justo.
Dejemos que Él nos convierta en su gran arma de justicia. No seamos impacientes ni nos alarmemos si por un tiempo Dios decide que estemos en un estante en vez de colocarnos en el lugar que deseamos. Mientras tanto busquemos estar capacitados y listos para ser expuestos conforme a su tiempo y para su gloria.
Debemos entonces creer a sus promesas y caminar por su Palabra para poder dar pasos firmes de fe, ya que saber esperar en Dios hace que tengamos un corazón como el de David; agradable a Dios, y recordemos que sin fe es imposible agradarle.
«Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve», Hebreos 11:1.
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